Informa Lanzarote

Ángel Víctor esto es una fiesta de la naturaleza, la democrática.  

“Y se marchó y a su barco le llamó libertad…” Esto es lo que tarareamos todos los que  vivimos con intensidad los comicios municipales y autonómicos porque una vez pasado  el 28 de mayo faltan otros 4 años para volver a sentir ese cosquilleo tan especial. 

En estos días viene lo que se conoce como la resaca electoral, las reuniones de gente  considerada como “gabinete de expertos”, gente con la que llegar a acuerdos para darle  lo mejor a todos los canarios estos próximos años. Pero seamos serios y contemos la  verdad, lo de los pactos es como cuando estas borracho de madrugada y llamas a tu ex  para volver; esas llamadas se hacen la primera noche. Aunque alguno hay que la  madrugada electoral sólo habló con Padre Dios. 

Los resultados fueron los que fueron y no hubo mucho guano con el que revivir el pacto  a cuatro con el que Canarias ha sobrevivido los últimos años. Pintaba todo muy bien  para que CC y PP firmaran un gran acuerdo por la estabilidad y si les faltaba alguno para  treinta y seis este nuevo gobierno cambiaría las flores de La Gomera por las piñas de El  Hierro. 

Llegó el momento de las fotos, las firmas y los repartos de áreas. De repente sale Ángel  Víctor, que nombró negociadora a una saturada Loli Corujo, como un niño cuando los  padres lo sacan reinando del “recinto ferial de Lanzarote”(o lo que sea eso) porque no  se quiere ir de los “cochitos” en las fiestas de San Ginés. Diciendo supuestamente, nada  más y menos, que como en la lista de la circunscripción autonómica ganó él un diputado  más que el siguiente, el presidente debería ser él. 

A ver Ángel Víctor, te explico que la reformilla esa que hicieron de la ley electoral  sabíamos todos que no valía sino para poner 10 sillas más en el Parlamento y además  cambiarlas a un módico precio. Pero es que yo soy de la isla más chica de esta tierra  y me hierve la sangre al escuchar estas cosas, porque por lógica las islas que más votos  aportan son Gran Canaria y Tenerife; en un territorio fragmentado lo importante es que  todos estemos representados en igualdad de condiciones. 

Hay islas señor que en los cuatro años que usted ha gobernado no tenemos agua, ni  pediatra, ni residencia de mayores y pagamos por el transporte de mercancías. Mientras  en la casa de todos los canarios se ha vetado una comisión para saber dónde están  nuestros 4 millones de euros en mascarillas, el Archipiélago tiene una de las tasas de  pobreza más altas del país o no se aumenta sustancialmente la partida para abogados  de oficio de las víctimas de violencia de género. En el caso en que el número de votos a  la lista regional contestara al balance de gestión de los canarios, según sus ideas de niño  enfadado, debe reconocer que se han cargado a su vicepresidente, Román Rodríguez,  que en el momento de más inflación se negó a bajar el IGIC para aliviar a las familias  mientras la cuentas del GOBCAN rebosaban de dinero. 

Con todo esto recuerdo la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía de Canarias  incluyendo un REF que compensara la cuestión insular, el reconocimiento de La Graciosa 

como isla y la inclusión de un artículo en el que el voto de una cuestión insular  prevalecerá más los votos de los diputados de esa circunscripción que del resto de la  Cámara. Esto es esa cosa moderna de la que se habla en los periódicos y se llama  paridad; significa, por si no lo sabe, que un graciosero no debe tener menos derechos  que alguien de La Gomera por el simple hecho de haber nacido en una isla de menor  población. 

Llámenme idealista, pero creo que esto no aguanta mucho más así, que las instituciones  que representan a nuestra tierra deben estar lideradas por gente con ilusión y ganas.  Capaces de dejar las pestañas en el camino desde la humildad para gestionar algo mejor  nuestro paraíso. De no ser así, estamos abocados a medio plazo a abstenciones  arrolladoras que no garanticen un estado democrático pleno, porque por si alguien no  se ha dado cuenta, la gente está dejando de creer en la política. 

Lo siento Ángel Víctor, esto es la fiesta de la naturaleza democrática, unas veces se gana  y otras se pierde; porque una de las gracias de este oficio es la incertidumbre de no  saber si dos más dos suman cuatro. Ahora, no me digan que no es de monólogo de  nuestro gran Manolo Vieira que la despedida de Ángel Víctor Torres en el Gobierno de  Canarias sea con una tormenta. 

NIEVES ARROCHA

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