La corrupción es uno de los principales desafíos que enfrenta cualquier democracia. Su impacto erosiona la confianza ciudadana y debilita las instituciones. Ante los recientes casos que salpican al PSOE, el presidente Pedro Sánchez ha optado por una respuesta clara: liderazgo, responsabilidad y transparencia.
Frente a actitudes evasivas de otros líderes en el pasado, Sánchez ha mostrado una postura firme al reconocer errores, asumir responsabilidades y abrir la puerta a investigaciones internas y externas. Ha defendido la independencia judicial, ha prometido cambios en la Ejecutiva Federal y ha asegurado que no se obstaculizarán las pesquisas en curso.
“Frente a la corrupción, tolerancia cero”, ha sido su mensaje. Una declaración que va acompañada de hechos: abrir las cuentas del partido a auditorías externas, proponer reformas para mejorar los mecanismos de control interno y responder públicamente ante los medios.
Entre las propuestas que plantea se encuentra la reforma de la Ley de Contratos del Sector Público, con el objetivo de limitar la discrecionalidad en la adjudicación de contratos y garantizar una supervisión más estricta. También aboga por una revisión profunda del funcionamiento de las mesas de contratación y por introducir mejoras en el control administrativo.
Sánchez ha defendido que este proceso no puede quedarse en las disculpas. Es necesario, dice, impulsar una cultura de integridad que combata la impunidad, y reforzar tanto los marcos legales como los éticos dentro del partido y en las instituciones públicas.
En un gesto que refuerza su compromiso, el presidente no descarta plantear una cuestión de confianza ante el Congreso, como herramienta para validar su hoja de ruta contra la corrupción y revalidar el apoyo a sus políticas de bienestar, igualdad y justicia social.
Un paso que, según sus palabras, pondría en evidencia si el resto del arco parlamentario está dispuesto a apoyar medidas que refuercen la democracia o, por el contrario, abrir la puerta a un gobierno de coalición entre la derecha y la extrema derecha.