En respuesta a lo que ha calificado como un “genocidio” en Gaza, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció ayer nueve medidas inmediatas contra el gobierno de Israel, liderado por Benjamín Netanyahu. El anuncio, realizado en el Palacio de la Moncloa, busca intensificar la presión sobre Israel.
Entre las principales acciones se incluyen un embargo de armas a Israel mediante decreto ley que, según Sánchez, ya se venía aplicando de forma no oficial desde octubre de 2023. Esta medida prohibirá de manera permanente la compra y venta de armamento y equipamiento militar a dicho país.
Por otro lado, se prohibirá la entrada a España a personas directamente implicadas en el “genocidio”, violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra en Gaza.
Sánchez también anunció un refuerzo de la ayuda humanitaria y el apoyo a la Autoridad Palestina con un aumento de fondos y la contribución a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos con un incremento de 10 millones de euros adicionales. El total de la ayuda humanitaria para Gaza alcanzará los 150 millones de euros para 2026.
También se reforzarán los proyectos de colaboración en áreas como la agricultura, seguridad alimentaria y asistencia médica y se aumentarán los efectivos en la misión de asistencia fronteriza de la Unión Europea en Rafah.
El presidente reconoció el derecho de Israel a existir y a defenderse, condenando los ataques terroristas y secuestros de Hamás. No obstante, subrayó la diferencia entre proteger un país, bombardear hospitales y matar de hambre a niños.
Pedro Sánchez argumentó ayer que lo que comenzó como una operación militar se ha transformado en una nueva oleada de ocupaciones ilegales y un ataque injustificable contra civiles, calificado por expertos de la ONU como un genocidio.
Finalmente, el presidente concluyó que, aunque España por sí sola no puede detener la ofensiva, no dejará de intentarlo, ya que hay causas por las que merece la pena luchar.
